LOS SÍMBOLOS SAGRADOS EN EL ARTE CANARIO

Texto curatorial de Chr5 para la exposición ISLA 2.0

Los símbolos sagrados, sirvieron a nuestros antepasados (los anti­guos canarios y muchas de las antiguas civilizaciones) para trascen­der el espacio y tiempo presentes. Los símbolos representaban un ca­nal, una vía, una puerta, a través de la que acceder a otros espacios y tiempos posibles2 .

El arte, en cierta medida, ha heredado esa función litúrgica, banaliza­da y desacralizada por la modernidad, las religiones modernas y la ciencia: a través de los símbolos, de la construcción de lo simbólico (el cuadro, la foto, el vídeo) se nos propone una conexión con otras reali­dades también, normalmente alejadas del espacio y tiempo presente. Quiero pensar que aún existe algo de mágico, trascendente y “primiti­vo” en el arte, que por alguna razón, seguimos conservando a través del tiempo.

La isla es el tema de esta exposición, es origen y fin del relato. Es el espacio donde habitamos los artistas de esta muestra, y es el espacio que nos estructura mentalmente. La isla es y se define como espacio limitado: un trozo de terruño acotado por mar.

Al igual que nuestros antiguos usaron sus “símbolos sagrados” para trascender, un grupo de artistas e intelectuales canarios, usaron el arte para trascender el espacio físico de la isla: de entre todos los via­jes del arte moderno en Canarias sea nuestro intelectual Eduardo Westerdahl el eje que articula y establece firmemente los primeros vínculos superadores de la isla. Gaceta de Arte fue el resultado de ese trabajo “simbólico” donde las vanguardias e ideas “Modernas” vinieron a parar firmemente, como catarsis oxigenadora en las entrañas del Teide. El arte moderno en Canarias, aterriza de mano de Eduardo Westerdahl y todos esos artistas en conexión con las ideas incipientes europeas.

No nos debe resultar extraño, que vuelva a ser Eduardo Westerdahl, el pilar donde se sustenta el grupo LADAC 2, continuadores de alguna manera de aquella primera vanguardia canaria, que en su propósito de continuación y extensión, se reconvierte al informalismo y extiende sus límites más allá de las islas.

Es entonces cuando los vínculos finalmente se establecen con Catalu­ña y en su vertiente teórica, con la Escuela de Altamira. Curiosamente y de forma casi sorprendente, en este momento se establece nueva­mente la relación de lo moderno con lo primitivo, y es así como Mano­lo Millares, es capaz de generar una propuesta artística de vanguardia internacional, sin el menor desarraigo de lo misterioso y sagrado con­tenido en el legado material de nuestros antepasados. Pasado y pre­sente, conviven. Local e Internacional. Isla y universo en un todo artís­tico que escapa a las fronteras.

No nos debe resultar extraño, que vuelva a ser Eduardo Westerdahl, el pilar donde se sustenta el grupo LADAC3, continuadores de algu­na manera de aquella primera vanguardia canaria, que en su propósi­to de continuación y extensión, se reconvierte al informalismo y extien­de sus límites más allá de las islas.

Es entonces cuando los vínculos finalmente se establecen con Catalu­ña y en su vertiente teórica, con la Escuela de Altamira. Curiosamente y de forma casi sorprendente, en este momento se establece nueva­mente la relación de lo moderno con lo primitivo, y es así como Mano­lo Millares, es capaz de generar una propuesta artística de vanguardia internacional, sin el menor desarraigo de lo misterioso y sagrado con­tenido en el legado material de nuestros antepasados. Pasado y pre­sente, conviven. Local e Internacional. Isla y universo en un todo artís­tico que escapa a las fronteras.

Darle continuidad a este hilo conductor, de arte moderno, de vanguar­dia y artistas que sufren y viven la isla como un ente interior de calado profundo, uno de los objetivos de isla 2.0. Empresa nada sencilla. Pero no sólo eso: La isla es un espacio acotado, por definición, pero también es un espacio en expansión, visto estratigráficamente desde una visión polimórfica, como toda realidad, abierta a la interpretación, la isla es un filón, una excusa sobre la que reflexionar y aproximarse.

La isla contiene, tal cual supieron observar nuestros antiguos, el total del universo. A través de la isla se puede canalizar todo el potencial humano, todos los temas probables, usar todos los lenguajes existen­tes y si cabe, inventar los que faltan por descubrir. Una isla es en todo caso, una de las múltiples excusas posibles para producir un hecho artístico poético y trascendente, capaz de recuperar cualquier visión sagrada de existencia y regenerar los vínculos de la vida con la socie­dad. Es por eso que hoy más que nunca, necesitamos nuevas y múlti­ples islas, artistas capaces de habitarlas, de producirlas, de regenerar­las. En ese sentido ISLA 2.0 no es sino una llamada de auxilio, una lla­mada de atención sobre un espacio desritualizado que no pide sino ser una vez más un espacio digno de poseer la trascendencia que tuvo, a través del arte. Una invitación creativa para aquellos artistas que han sabido adueñarse de “lo primigénito” en el arte y la esencia como parte de su obra.

En este sentido es un placer tener en esta muestra en primer lugar al artista Luis Palmero, cuyas formas juegan con el espacio, y el juego se convierte en arte, la visión profética de Óscar Lorenzo, cuya obra contiene a las múltiples “Islas” y muchos de esos universos posibles, la figuración en camino de abstracción expresionista de Pedro Fausto, la visión mitológica de Jorge Beda, el cual convierte a la isla en un es­pacio habitado por Titanes y deidades griegas, los universos en ex­pansión de Mercedes Martín, las posibilidades matéricas y las elabo­raciones minuciosas de Rosa Vidal – o la isla como construcción de papel – sumada a la poesía cerámica de Isa Mar y los “grafismos” abruptos de Jesús Guerra. Todos aportamos un granito de arena a ese debate pendiente de la “Isla” como espacio psicológico, físico y mental aún por conquistar, dentro, y fuera del arte contemporáneo. Re-abrir este debate, me es suficiente.

San Andrés y Sauces, 9 de Octubre del 2013.